En anteriores viajes había concurrido y el jugar era normal, ahora deja mucho que desear. Si bien cuenta con antigüedades que decoran el lugar, las mismas están sin mantenimiento ni la suficiente limpieza, igual sucede con paredes y baños, En cuanto a la comida no es buena en general, a título de ejemplo las papas fritas parecen hervidas y pasadas rapidamente por aceite. La atención tampoco es buena ya que demoran mucho en atender, en servir y cobrar, y no es una opinión producto de la aceleración que tenemos en Buenos Aires, sino que es muy lenta. El precio es normal, pero se efectúa recargo del 5% por pago con tarjeta, lo que es ilegal. No lo recomiendo habiendo tantas ofertas gastronómicas en Areco