Volví a este restaurant en una zona relajada fuera de La Plata y creo que me equivoqué. La atención es mínima y poco informada a la hora de dar opciones alimentarias. El tiempo que pasó entre que pedimos la comida y que llegó fue de aproximadamente 35 minutos, y cuando llegaron los platos, el mío era escaso, y con escaso quiero decir que no ocupaba mas que un tercio del bowl en que había sido servido. No teníamos problema en esperar, pero hubiéramos preferido ser informados para pedir algo de entrante. Como no quedó tiempo para degustar algún postre, pagamos y cuando nos dirigíamos a la puerta nos volvimos a encontrar con el gato que nos había dado la bienvenida, salvo que esta vez estaba husmeando la basura dentro de la cocina... Puedo pensar que el servicio y la cocina habían tenido un mal dia, pero ver el gato dentro de la cocina confirmó mi primer impresión. Kudasushi es un lugar para no volver...